Homenaje al padre Ibáñez

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El jesuita Miguel Ángel Ibáñez Narváez, principal ideólogo y director de la antigua escuela profesional SAFA de Minas de Riotinto durante la reforma educativa desarrollada en este centro en los tres primeros años de la década de los años 70, recibirá el homenaje póstumo de profesores y alumnos que compartieron aquella experiencia en un acto que se celebrará el sábado 16 de noviembre a partir de las 18:30 horas en el Círculo Comercial de Nerva. En el mismo evento se presentará la nueva edición, corregida y aumentada, de su libro “Des-Educación Institucional. La raíz de (casi) todos los males” y se celebrará un debate moderado por Manuel Aragón en el que también participarán: Eulalio Ibáñez, Tomás Alberdi, Carmen Lampaya, Juan Miguel Batalloso, Joaquín Moya y Miguel Ángel Acosta. Antonio Perejil se encargará de cerrar el acto.

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Imagen de archivo de una sesión plenaria

Uno de los hermanos del padre Ibáñez, Eulalio, lo recuerda como una persona con mucho sentido común. “En una ocasión le dije: «aunque eres muy inteligente, tienes sentido común». Ya en el noviciado él se formuló un principio: «Lo que no es serio no es verdadero».”, comenta en una semblanza realizada en Infosj.es (Información de la Compañía de Jesús en España) a los pocos días de su fallecimiento en Málaga el 9 de octubre de 2018.

Para su hermano, “Miguel Ángel era un hombre creyente (cristiano) que no creía en Dios. El decía que aceptaba a Dios, no por fe, sino por convicción: «tiene que haber ALGO que explique esta maravilla». Los últimos meses vivió su fe de un modo especial. Le comentó a su amigo Ramón Gómez que no tenía energía porque no comía y luego, no tenía energía para poder comer, y añadió: «Es un círculo vicioso, lo cual significa que Dios me llama». A veces decía: «Espero una vida mejor»”, aclara.

Los alumnos de los centros educativos por los que pasó lo recuerdan con cariño como un gran educador. “En Rio Tinto tuvo su «bautismo de fuego». Hicieron la reforma educativa, y, pasados los años escribe la obra de su vida «Des-educación institucional», fruto de aquella encuesta en la que los alumnos odiaban la escuela. Él, en alguna ocasión, se me quejó de que sólo lo valoraran por su inteligencia. Luego vio que las mujeres de varios colectivos hablaban de la «ternura de Miguel Ángel». Una vez me dijo: «Yo te quiero, pero Miguel Ángel es Miguel Ángel»”, destaca.